septiembre 7

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¿En qué consiste un proceso de reestructuración empresarial?

By César Serrano Fernández

septiembre 7, 2014


Cualquier empresa, sea del tamaño que sea, tendrá que adaptarse al entorno que le rodea y a los constantes cambios que se van produciendo a su alrededor. De su capacidad de adaptación dependerá el éxito o fracaso en su carrera por ir creciendo y creando valor.

Un proceso de reestructuración empresarial implica un cambio, y ese cambio será más o menos drástico dependiendo de nuestra capacidad de anticipación, es decir, cuanto antes nos anticipemos al futuro y adaptemos nuestra estructura al mismo, menos drásticas serán las medidas a tomar.

La necesidad de acometer un proceso de reestructuración suele venir precedida por una pérdida de posicionamiento competitivo primero, y posteriormente por un deterioro en la estructura financiera de la compañía.

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¿Cómo podemos clasificar las reestructuraciones en función de su tipología?

Desde mi punto de vista, podemos agruparlas en:

  1. Reestructuraciones operativas. Con el propósito de:
    • Adaptar la estructura de costes fijos.
    • Externalizar áreas de actividad, es decir, podemos externalizar el mantenimiento y soporte informático de nuestra compañía sin necesidad de tener un equipo propio, o incluso, por ejemplo, podemos externalizar la gestión del almacén.
    • Reubicar nuestras instalaciones
    • Adaptar nuestra plantilla a las necesidades de producción.
    • Implementar nuevas tecnologías en los procesos de negocio
  2. Reestructuraciones financieras. Con el propósito de:
    • Buscar fuentes de financiación alternativas.
    • Renegociar condiciones con bancos
    • Establecer políticas de financiación distinguiendo entre el corto y el largo plazo.
    • Redefinir la estructura idónea entre fuentes de financiación propia y ajena.

Normalmente, las reestructuraciones operativas se pueden realizar en cualquier momento y no tienen por qué ir acompañadas de las financieras, pero si llegamos a acometer las financieras suele ser porque en el terreno operativo no hemos hecho bien las cosas.

Como he comentado, la supervivencia de la empresa depende de su adaptación al cambio, por tanto, los procesos de reestructuración deberían ser continuados a lo largo del tiempo para evitar que estos procesos no sean demasiado traumáticos.

Llegados a este momento, me centraré en tratar el proceso de reestructuración como única posibilidad de supervivencia en situaciones de crisis.

¿Cuándo surge la necesidad de reestructurarse?

Todos hemos escuchado a algún amigo o conocido hablar de su empresa, de lo bien que le marchaban las cosas, y de cómo de repente han ido perdiendo clientes hasta que lamentablemente han tenido que echar el cierre.

Es importante estar atentos a ciertos indicativos que nos avisen a detectar los peligros y a tomar las medidas oportunas.  Entre estos indicativos que nos alertan de la necesidad de acometer un proceso de reestructuración destacaría:

  • Pérdida de posicionamiento en el mercado.
  • Cambio en la tendencia de consumo de tu producto.
  • Entrada de nuevos competidores.
  • Cambios tecnológicos que provoquen que tus productos vayan quedando obsoletos
  • La globalización de los mercados, que permite acercar productos alternativos a tus clientes desde cualquier parte del planeta
  • Dificultad para obtener financiación
  • Pérdida continuada de rentabilidad comparada con negocios de similares características
  • Deterioro continuado en los resultados de la compañía.

Al igual que en nuestro vehículo, los testigos luminosos nos alertan de posibles fallos mecánicos, en nuestra empresa debemos definir  nuestros indicadores para que nos avisen de los riesgos que se producen alrededor.

¿Cuáles son las causas que provocan que lleguemos a una situación de crisis en nuestra compañía?

Tenemos que distinguir entre:

  1. Causas externas. Es decir, aquellas causas que escapan del control directo de la compañía y que pueden clasificarse en:
    1. Económicas. En periodos de crecimiento económico es más fácil esconder los errores de gestión, se ganaba dinero y no éramos conscientes del dinero que dejábamos de ganar. En periodos de crisis económica salen a relucir las carencias de gestión.
    2. Sociológicas. Los cambios en los gustos y en los hábitos de consumo pueden provocar pérdida de posicionamiento.
    3. Legales. Cambios en la normativa legal en materia fiscal, en política medioambiental, etcétera.
    4. Tecnológicas. Los avances en la tecnología pueden dejar obsoletos a tus productos en periodos relativamente cortos
    5. Competitivas. Pérdidas de posicionamiento por nuevos competidores, por obsolescencia en los procesos de producción frente a la competencia, aparición de nuevos productos.
  2. Causas internas. Es decir, aquellas causas que dependen únicamente de nuestra capacidad de gestión.
    1. Incapacidad del equipo gestor para anticiparse a los cambios.
    2. Estructuras demasiado rígidas y burocráticas con poca flexibilidad
    3. Escasa tolerancia a los cambios.
    4. Dificultad para asumir los cambios
    5. Culpabilización por parte del equipo gestor a causas externas.
    6. Falta de autocrítica
    7. Confianza ciega en la recuperación de la situación económica.
    8. No existe una respuesta adecuada para los cambios en las tendencias del mercado
    9. Ausencia de controles contables y financieros que alerten de la marcha del negocio.

Por desgracia, estas situaciones son más comunes de lo que parecen, y acaban siendo definitivas si no se actúa con un plan de “choque” o plan de viabilidad que contemple un proceso de reestructuración capaz de dar continuidad a la compañía.

Los procesos de reestructuración en estas situaciones de crisis suelen ser duros y se deben tomar decisiones difíciles con el propósito de salvar la compañía.

¿Cómo ejecutar un proceso de reestructuración en emergencia?

Tendremos que pasar por diversas fases y tener en cuenta los siguientes factores:

  • Una vez detectadas las causas, tendremos que elaborar un plan de viabilidad realista a corto y largo plazo, con estimaciones creíbles de flujos de caja, y que nos sirva como una hoja de ruta a lo largo del proceso.
  • Averiguar cuales van a ser los costes de estructura necesarios
  • Renovar el equipo gestor y que tenga la capacidad suficiente para acometer el proceso.
  • Adaptar la plantilla a las capacidades de producción.
  • Adoptar medidas que aumenten la liquidez de la compañía
  • Interrumpir inversiones, controlar el flujo de tesorería y abandonar líneas de negocio de escasa rentabilidad o escaso margen.
  • Recortar en costes superfluos y buscar alternativas de producción
  • Renegociación de contratos a la baja.
  • En situaciones de crisis, se debe priorizar el impacto en la gestión de caja frente al impacto en cuenta de resultados.
  • Renegociación de deuda

Concluiré diciendo que los procesos de reestructuración suelen ser traumáticos porque en la mayoría de los casos van unidos a expedientes de regulación de empleo y pérdidas de puestos de trabajo, pero por otro lado, si están bien enfocados y planteados, darán continuidad a la empresa, y por tanto, siempre será mejor salvar a muchos que no perder a todos.

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César Serrano Fernández

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Intento transmitirte ideas que pueden ayudarte si tienes un negocio, o te interesan.

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