Me atrevería a definir la motivación como aquel brebaje mágico que te proporciona la suficiente energía como para abordar cualquier tarea o proyecto con garantía.
Si te encuentras motivado, tu estado de ánimo hará que te sientas optimista y con posibilidades reales de alcanzar lo que te propones.
Hoy en día, en el mundo empresarial, y con la crisis económica que nos azota desde finales de 2007, la población activa ha estado sometida continuamente a situaciones de máxima tensión. Hablo del cierre de empresas, ERES y despidos, procesos de reestructuración de las compañías, impagos de clientes, concursos de acreedores, etc… Situaciones difíciles con las que hemos tenido que convivir, y que espero nos hayan ayudado a aprender de nuestros errores.
Para salir cuanto antes de esta situación, creo que sentirse optimista y motivado es indispensable en este proceso de recuperación. Para ello, puedo afirmar que si en mi empresa me rodeo de trabajadores motivados, tendré muchas mas posibilidades de conseguir mis objetivos que si el equipo que me acompaña se encuentra desanimado y desmotivado.
¿Cómo puedo detectar los indicativos de desmotivación?
Si preguntases directamente a tus trabajadores si se encuentran motivados en su trabajo, generalmente, no te expresarán abiertamente que se encuentran desmotivados, porque si es así, no estarán desmotivados sino “más quemados que la pipa de un indio”. Por tanto, te tocará identificar y detectar los signos de desmotivación de tus trabajadores. Estos signos se manifiestan cuando:
- No se muestran participativos a la hora de aportar soluciones.
- No te ayudan ni a ti ni a sus compañeros cuando existen puntas de trabajo.
- Se pasan el tiempo mirando el reloj hasta su hora de salida.
- Llegan tarde y salen puntuales.
- Alargan los descansos, y derrochan horas con las tareas encomendadas.
- Se quejan constantemente de cosas aparentemente irrelevantes
- Culpan a sus compañeros sin aportar soluciones.
- No atienden las instrucciones de sus superiores.
- Se encuentran a la defensiva y reaccionan negativamente.
- Te obligan a realizar trabajos extras porque han dejado sus tareas incompletas.
Mi consejo es detectar cuanto antes estas situaciones para que no se te vaya de las manos. Las personas desmotivadas transmiten rápidamente este desánimo a sus compañeros, y se puede propagar rápidamente entre los miembros del equipo, lo que supondría un lastre a la hora de conseguir los objetivos.
Quería puntualizar, que en ocasiones, cuando se produce un descenso en el rendimiento de una persona, no siempre es producto de su desmotivación, sino que se puede deber a:
- Una posible frustración por tener una formación insuficiente para el puesto desempeñado, o sienten que no tienen conocimientos en la materia.
- Que estén acostumbrados a ir por libre y les sometas a cierto control
- Que no se hayan definido claramente sus tareas y objetivos, y se puedan desenganchar del ritmo del resto.
- Que tengan problemas personales ajenos al trabajo.
Una vez detectados los indicativos, tendremos aún que profundizar en las causas que han provocado esa desmotivación, y por favor, no caigamos en el pensamiento fácil de decir frases como que a nuestros trabajadores solo les mueve el dinero, que solo les preocupa cobrar a fin de mes, o que solo les motiva tener un puesto seguro y tener al resto de la gente pendientes de ellos todo el día. Esto podría ser en algún que otro caso, pero muchos trabajadores se sienten realizados si se les marcan objetivos ambiciosos, si se les delegan responsabilidades, y se les da libertad para el desempeño de sus tareas.
Por cierto, no he querido mencionar el dinero como estímulo o motivación porque, en realidad, el dinero en sí mismo no es un estímulo de motivación, y aunque parezca extraño, el dinero es solamente el vehículo, es decir, si quiero dinero es porque lo quiero gastar en un viaje, o en comprarme un coche. Si mañana me incrementan mi salario en 100 euros al mes, seguramente se difuminen en mis gastos, y os aseguro que eso no cambiará mi motivación por ir a trabajar, y si me toca la lotería estaré muy feliz y contento, pero lo empezaré a disfrutar cuando tenga claro en qué gastarlo y en cómo emplearlo para que me motive.
Siguiendo con las causas que han provocado esa desmotivación, nuestra labor ahora es identificarlas y darlas solución antes de que sea tarde, para ello investigaremos e iremos a la raíz del problema detectando las necesidades de los miembros de nuestro equipo, y por tanto, aportarles soluciones:
¿Qué tipo de soluciones podemos llevar a cabo?
- Planificar y estructurar con ellos sus funciones, y para ello:
- Adapta su trabajo a sus capacidades
- Procura estimularles con refuerzos positivos.
- Establece objetivos ambiciosos y que les supongan un reto.
- Consigue que se sientan responsables de su cometido, y que disfruten en sus carnes el reconocimiento de sentirse útiles para la compañía.
- Diversifica sus funciones, es decir, procura repartir las funciones más burocráticas, el trabajo rutinario no estimula.
- Déjales mayor libertad en su desempeño, y posteriormente valora los resultados para ir guiándoles.
- Elogia los buenos resultados conseguidos.
- Corrige de forma constructiva, es decir, no les grites ni pierdas los papeles o entres en descalificativos, eso solo puede conducir a que te tengan miedo o a que te pierdan el respeto, y en ningún caso esta situación es productiva.
- Estimularles a mejorar en su trabajo, y para conseguirlo:
- Otórgales una mayor flexibilidad, valora por desempeño más que por horarios.
- Facilítales el acceso a una formación adecuada.
- Establece políticas sociales que fomenten la conciliación con su vida privada.
- Mantén una posición abierta a sugerencias, y no te muestres autoritario.
- Fija planes de incentivos.
- No dormirse en los laureles, y no abandonar esta actitud ante tus trabajadores, es decir:
- Estimula a tus trabajadores constantemente a que formen piña.
- Que sean participativos.
- Busca objetivos y metas comunes
- Lucha por crear un entorno laboral agradable, y que el levantarse por las mañanas a trabajar no se convierta en una agonía.
- Muestra interés por las preocupaciones de tus trabajadores
- Predica con el ejemplo y mantén una actitud positiva.
- Mantén informado a tus trabajadores de la marcha del negocio y hazlos partícipes, con esto no pretendo que entres en detalles confidenciales, pero tampoco les mantengas ajenos, la incertidumbre puede malinterpretarse.
Yo soy una persona con experiencia en el mundo financiero, y estoy acostumbrado a cuestionar cualquier inversión analizando en todo momento el coste-beneficio de la misma. Y en este asunto, no seré tan osado de asegurar que un incremento en la motivación de vuestros trabajadores producirá un incremento del 30 % en las ventas, pero sí podré asegurar que el único coste es un cambio de actitud y el beneficio más que considerable. Espero vuestros comentarios y sugerencias.