marzo 18

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Valora tu empresa

By César Serrano Fernández

marzo 18, 2014


Si eres propietario de una empresa, puede que te hayas preguntado por el valor que puede alcanzar la misma en el mercado.

En los últimos meses, algún que otro amigo me ha pedido que valorase su empresa, y siempre les digo lo mismo; una empresa no tiene un precio fijo como lo puede tener una televisión, una bicicleta o un coche. Nadie va con un compañero por la calle y dice:

– ¿Sabes Juan?

– Dime, Luis.

– Me apetece comprarme una sociedad, ¿qué te parece esa empresa de ahí?

– Vamos a preguntar cuánto vale.

A lo que se acercan a la empresa, preguntan por el dueño, y aparece un señor con bigote y fumando un puro que les dice:

– Estáis de suerte, hoy la tengo en oferta, y por solo cuatrocientos mil euros es vuestra.

– ¡Me la quedo! 

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Fuera de bromas, es importante valorar tu empresa para que tengas una idea aproximada de cuánto vale tu negocio, pero debe quedar claro que el valor de mercado que calcules no va a coincidir con el precio, salvo mucha casualidad. Y esto es así porque si lo que pretendes es vender tu empresa, intentarás engordar el precio de la valoración, y si eres el comprador defenderás lo contrario para bajar la valoración y pagar menos.

Lo que está claro es que no habrá trato hasta que el comprador y el vendedor se pongan de acuerdo, y para ello el comprador debe percibir una rentabilidad sobre su inversión superior a la que percibe el vendedor, es decir, que si el comprador paga 100 por una empresa es porque espera obtener una rentabilidad a futuro superior, y el vendedor debe pensar que 100 está bien y que es un precio razonable según su estimación de rentabilidad.

 ¿En qué circunstancias nos puede interesar valorar nuestra empresa?

A continuación, te detallo algunas de las razones: 

  • Cuando heredas la empresa de tus padres, y tienes que repartirla con tus hermanos.
  • Cuando tienes intención de venderla.
  • Cuando te has enfadado con tu socio y queréis llegar a un acuerdo para que uno de los dos se quede con la totalidad.
  • Cuando queréis la entrada de un nuevo socio capitalista, ya sea por ampliación de capital o por venta de acciones.
  • Cuando quieres fusionar tu empresa con otra.
  • Cuando quieres valorar tu patrimonio
  • O porque simplemente te apetece saber cómo se percibe tu negocio. 

En referencia a los métodos de valoración de empresas, destacaría

  • El método de descuento de flujos de caja, quizá el que mejor aceptación tiene, y que pasaré a desarrollar en mayor profundidad en un nuevo post. Aunque como anticipo diré que no es más que valorar tu empresa, no por lo que has ganado anteriormente, sino por las perspectivas de futuro que tenga tu negocio de seguir generando caja.
  • El valor de liquidación, que consiste en calcular el valor de mercado de nuestros activos por separado, y posteriormente restarle el valor de nuestras deudas.
  • Valor por transacciones comparables u operaciones similares en el mercado.
  • Valor por referencia de empresas cotizadas.
  • Otros métodos, como la posibilidad de valorar la compañía como un múltiplo de sus ventas, es decir, puedes valorar una empresa diciendo, por ejemplo, que vale 1,2 sus ventas. 

Independientemente del método que apliquemos, el valor de una compañía está sujeto a la aceptación de una serie de hipótesis, y en una compra-venta, lo que se negociarán son las hipótesis tenidas en cuenta para el cálculo del valor.

Por ejemplo, si valoro por flujos de caja descontados, y digo que mi empresa vale 100, puede ser porque he estimado un crecimiento en ventas del 4%, unos incrementos de los costes de un 2% y los flujos de caja generados los he descontado a una tasa del 12%.

Por tanto, si cambio las hipótesis, también cambia la valoración, por lo que parece evidente que lo que discutirán el comprador y el vendedor son las hipótesis tenidas en cuenta para llegar a un acuerdo. 

Como conclusión, deciros que es importante valorar vuestra empresa, y que en esa valoración realicéis un análisis de sensibilidad, que no es más que plantearos los diferentes escenarios que pueden surgir variando las hipótesis, con el objetivo de marcaros un valor máximo y otro mínimo, y así tener una referencia de cuál sería el precio a aceptar.

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César Serrano Fernández

Autor

Intento transmitirte ideas que pueden ayudarte si tienes un negocio, o te interesan.

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